Un 25 de mayo
de mil ochocientos diez
alrededor del Cabildo
la gente estaba de pie.
Preguntaba qué pasaba,
aún no sabían nada
y en la plaza principal
hacía frío y lloviznaba.
Los señores French y Beruti,
dos ilustres caballeros,
repartían a la gente
cintas con colores nuevos.
Mientras tanto por las calles
se escuchaban los pregones:
¡Agua, velas, empanadas,
escobas y escobillones!
Y al fin se abrieron las puertas
y los patriotas salieron
gritando: ¡VIVA LA PATRIA!
¡Tenemos gobierno nuevo!
Leonardo Antivero
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